Velázquez es un pintor en el que podemos ver con cierta facilidad su evolución técnica y apreciar como ésta influyó en su estilo pictórico. Desde su primera etapa sevillana , donde la forma y el color presentan una solidez formal y colorista, hasta su última etapa madrileña, donde las formas se deshacen y el color se aclara. Hay en todo este proceso evolutivo y formal un cambio a nivel técnico y material que lo acompaña.
Las carnaciones que realizó en sus cuadros muestran todo este proceso que describimos. Siempre diferenció el tono de piel de sus personajes retratados, distinguendo a nobles y villanos, pintando con tonos claros y sonrosados a los primeros y adustos y tostados a los últimos.
El uso que Velázquez hace de los pigmentos es muy constante en el tiempo, su paleta de color para las carnaciones practicamente permanecerá inamovible a lo largos de los años. Siempre trabajó sobre una base de blanco de plomo, al que se añade bermellón de mercurio para las pieles sonrosadas o tierras rojas cuando se trata de pieles curtidas. Para matizar los tonos más luminosos empleó el azul de prusia (azurita) o el azul de cobalto (esmalte). También incorpora el amarillo en pequeñas cantidades, dos tipos usará fundamentalmente el amarillo de plomo y estaño y el amarillo de nápoles. Para los rubores de las mejillas hará uso de la laca carmín de alizarina.
Velázquez fue aclarando su paleta con el discurrir del tiempo, desde su etapa sevillana donde su paleta es oscura y terrosa, hasta alcanzar los tonos nacarados de sus últimas obras.
Retrato de Francisco Pacheco. Museo del Prado. |
Retrato de Martinez Montañez. Museo del Prado. |
Además de aclarar el tono general de la piel, también fue disolviendo el dibujo y las formas a través de una pincelada deshecha que da borrosidad a los términos lejanos, frente a los próximos que los acaba más cargándolos de materia colorante, en oposición a los otros que presentan un aspecto casi de acuarela.
Madre Jerónima de la Fuente. Museo Prado |
Las Meninas. Museo del Prado. |
La maestría técnica que demuestra el artista sevillano es de lo más variada e inteligente , poniendo siempre al servicio de la expresión todos sus recursos técnicos experimentando como ningún otro artista lo ha hecho en la historia de la pintura universal.